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To these seven narratives of neurological disorder Dr. Sacks brings the same humanity, poetic observation, and infectious sense of wonder that are apparent in his bestsellers Awakenings and The Man Who Mistook His Wife for a Hat. These men, women, and one extraordinary child emerge as brilliantly adaptive personalities, whose conditions have not so much debilitated them as ushered them into another reality.

Considerado uno de los grandes escritores clínicos del siglo, Oliver Sacks nos presenta en su último libro siete casos neurológicos que constituyen una profunda reflexión sobre la esencia de la identidad y los mecanismos del conocimiento. Un pintor que tras un accidente de coche deja de ver el color; un cirujano cuyos continuos tics y compulsiones sólo remiten cuando opera o pilota su aeroplano; un hombre que tras toda una vida de ceguera recupera la vista sólo para darse cuenta de que no sabe ver.

Oliver Sacks siempre se ha sentido atraído por las islas, esos "experimentos de la naturaleza, lugares benditos y malditos por su singularidad geográfica, que albergan formas de vida únicas". En su última obra, esta fascinación le lleva más lejos que nunca, a las remotas islas del Pacífico, donde concilia su afición a explorar el mundo real con su pasión por investigar el mundo de la mente. En esta ocasión abandona transitoriamente a los individuos y con herramientas no sólo de neurólogo sino también de antropólogo...

An exploration of vision through the case histories of six individuals - including a renowned pianist who continues to give concerts despite losing the ability to read the score, and a neurobiologist born with crossed eyes who, late in life, suddenly acquires binocular vision, and how her brain adapts to that new skill.

Music can move us to the heights or depths of emotion. It can persuade us to buy something, or remind us of our first date. It can lift us out of depression when nothing else can. It can get us dancing to its beat. But the power of music goes much, much further. Indeed, music occupies more areas of our brain than language does - humans are a musical species.