Episódios

  • 027 - La Fuerza en Bagan
    Jan 19 2020
    Te saluda Natalita, y por ahí anda mi duende Augusto, que no se si lo oyes todo emocionado. Él es el más fiel compañero que existe, ¿y sabes qué? ¡A ti también te acompaña uno, aunque todavía no lo conozcas! Soy una niña eterna que ayuda a otros a recordar La Gran Ciencia del Balance, contando historias de nuestras aventuras por La Princesa. Junto con Augusto, y muchos otros guías, imparto sesiones de sanación cuántica a todos esos niños eternos que están dispuestos a sanar, reprogramando sus creencias, pero de todo eso te cuento en las notas del programa. Mientras tanto, te dejo con una de las versiones de mi misma, que cuentan historias de colores, según quien decida contar la historia del día. Bitácora de aventuras, edición La Fuerza en Bagan: En una ocasión, me tocó ver uno de los atardeceres más mágicos que he tenido, tanto así que me ayudó a aceptar algunos sucesos de la vida, esa historia hermosa quizás te la cuente otro día, y quizás no te la cuente nunca, pero lo importante es que hoy vengo a contarte el lado editado de esa tarde y la próxima, que como siempre en la vida no fueron tan perfectas como parecerían según las fotos que guardé de recuerdo. La hermosa ciudad de Bagan, sus templos, su magia, sus atardeceres rodeados de templos. Ha sido uno de los más lindos lugares que he visitado. Normalmente, mis cacerías de ruinas van de una en una o quizás de 10 en 10, si tengo mucho éxito. En este pueblo me pareció ver más templos que gente, y mira que en Asia lo más que hay es gente (o por lo menos esa es la impresión de una isleña). Todo era mágico, pasaba horas enteras de templo en templo, y muchas veces era la única persona en ellos. De hecho, hay tantos, que te recomiendan alquilar una motorita para poder visitarlos más fácilmente y a tu ritmo. Se puede caminar, pero entre el sol, la distancia y el clima, Augusto sugirió coger la motorita. Claro, que lo hizo porque sabe el miedo que le tengo, y quiso ayudarme a superarlo, como con todos mis miedos antes de ese. Debo aceptar que le tengo una proporción igual de amor y odio a su método, aunque ha sido muy eficiente. Acepto el reto, y busco la motorita, al principio casi ni me pude montar y quedar derecha. Cuando lo logré, todos los del sitio de alquiler tenían una pavera mala, pero me ayudaron. Augusto regañó a los duendes por reírse (después de empezar el chiste el mismo, se creyó que no lo vi mientras intentaba acomodar la motorita). La acomodé y salí, nunca la guié a más de 40 kmh, y alcanzar esa velocidad requirió la historia que vine a contarte. Saltamos directamente al atardecer, que cosa linda sí, pero me toca guiar una motorita de regreso al hostal por una carretera en la que me consta que no hay una sola luz porque la revisé durante el día de camino a los templos. Haciéndole caso a Augusto, decido arrancar en el último tono de rosa, para que no me coja la noche en el templo / pirámide. Bajo las escaleras rápido, para aprovechar la multitud e irme con ella. Aprovecho para mirar la amalgama gigante de gente que hay, todos tan diferentes, y todos aquí para lo mismo. No hablo con ellos, pero le sonrío a sus duendes, que están felices de saludar a alguien y no ser ignorados. Llego a la motora, me quito la camisa (la preparación es complicada, porque en los templos hay que estar mega vestida por respeto a la cultura, pero hace tanto calor que uno opta por hacer layers en vez de salir vestido), me termino de quitar la ropa, me voy a poner los zapatos y... me doy cuenta de que los dejé arriba y, obviamente, estaba en el tope sentada. Me pongo la camisa en camino a subir, los guardias están sacando a todo el mundo pero me dejan subir, por princesa linda como siempre pensé, pero en verdad cuando miré bien porque Augusto se había sentado en mis hombros a mirarlos fijamente y decirles mentalmente que me dejaran subir (this are not the droids you're looking for). Llego al tope, agarro los zapatos, bajo lo más rápido posible, pero me detengo a mirar el último rayo de sol, al parecer, el atardecer ganó, y consiguió que lo viera a toda costa. Llego a la motora, me quito la camisa, me pongo los zapatos, prendo la motora, miro a mi alrededor, está de noche y completamente vacío. Miro a mi alrededor, me río, y pienso en la sorprendente habilidad de evacuación del lugar y de la gente, es como si todos corrieran, lo que me hace pensar que quizás debo correr yo también. Cuando veo a Augusto, se había sentado en el centro del guía, guía, o como se llame, entre medio del manubrio creo que es. Reconozco esa pose, y lo miro dudosa, le digo, Augusto, aquí no puedes ser GPS, no conocemos tanto el lugar. Me tiró su mirada de, "perdón, yo lo sé todo", y se viró y devolvió a su pose de GPS. No terminé de reaccionar y veo a la pequeña Natalita bajándose del lazo y sentándose con la misma cara ...
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  • 028 - Bagan segunda parte por Monsoon
    Jan 19 2020
    Te saluda Natalita, y por ahí anda mi duende Augusto, que no se si lo oyes todo emocionado. Él es el más fiel compañero que existe, ¿y sabes qué? ¡A ti también te acompaña uno, aunque todavía no lo conozcas! Soy una niña eterna que ayuda a otros a recordar La Gran Ciencia del Balance, contando historias de nuestras aventuras por La Princesa. Junto con Augusto, y muchos otros guías, imparto sesiones de sanación cuántica a todos esos niños eternos que están dispuestos a sanar, reprogramando sus creencias, pero de todo eso te cuento en las notas del programa. Mientras tanto, te dejo con una de las versiones de mi misma, que cuentan historias de colores, según quien decida contar la historia del día. Bitácora de aventuras, edición Bagan segunda parte por Monsoon: Augusto se fue a jugar en el agua en vez de ayudarme a hablar con la gente, me dieron ganas de matarlo. Él había hablado con el agua, sabía que no crecería, por eso estaba tan tranquilo. Estaba haciendo surf con los nenes. Regresé a comprar la vasija de bambú en el templo de shiva el único hindú, la tormenta, los colores. La Vida me dijo una frase de mami, y estuvo ahí también. Después de utilizar "la fuerza", llegué al hostal me di un buen baño y me acosté, me esperaba otro día lleno de templos. Me acosté feliz, en mis momentos de necesidad estuve con mis hermanas y con mi papá, a veces La Vida te pone la gente al lado, aunque ninguno se dé cuenta, yo soy de las afortunadas que pueden verlo, lo he vivido muchas veces. De hecho, a veces desaparezco por meses, y ni cuenta me doy, pues para mi, quien quiero está a mi lado hasta cuando no se entera. Soy de las que piensa que el día debe terminar como si fuera tu último, sin nada pendiente, para poder acostarse feliz, y así fue, después de llamar a miguelo para contarle todo. El siguiente día es tan lindo como el anterior, ese sitio es otra cosa. Sintiéndome más experta que el día anterior, me monté en la motorita con una seguridad que ni yo reconocía. Augusto se acostó a dormir en el manubrio en el que hacía unas horas se había disfrazado de GPS, la pequeña Natalita estaba todavía durmiendo sobre el lazo, al parecer usar "la fuerza" la dejó cansada. Pasé por la calle que la noche anterior me había causado tanto temor, y me reí de mí misma y de nosotros como raza en general, que miedo le tenemos a la oscuridad, tantos sentidos que tenemos, y nos falta uno y nos volvemos locos. A mitad de recorrido, vi que iba a llover, y decidí parar a almorzar, ah, la magia de viajar sola, hacer lo que te dé la gana cuando te dé la gana, es la perfecta vida para los menores de 5 años. El día anterior me había agarrado la lluvia en plena corrida de motorita y terminé "enchumbá" y refugiada en el templo de Ananda como dos horas. Encontré un lugar tipo jardín hecho de bambú, por razones obvias, me quedé, bueno, por mi fijación con el bambú y los jardines, y porque fue el primer sitio que encontré y no quería repetir la enchumbada. Me pedí un café, y acomodé a la pequeña Natalita y a Augusto al lado de la taza para que continuaran la siesta calentitos, me senté a escribir, y me comí la mejor ensalada de papa caliente con fideos que he probado, estuve allí como dos horas, de las mejores dos horas del día. Aprendí bien la señal de la lluvia (o eso pensé), en la ciudad me dijeron que llueve todas las tardes, le llaman "monsoon", a las lluvias, y a la temporada en general. Termino de almorzar, agarro par de templos, lucho con la idea de perderme el atardecer, pero recuerdo la noche anterior y desisto, son las 5 PM y estoy de regreso al hostal. Augusto y la pequeña Natalita están despiertos y en su posición, aparentemente escogida para el resto de la estadía en bagan: Augusto como GPS, la pequeña Natalita de bailarina invitada. Llego al cruce del río, la gente está detenida, está crecido y le pasa por encima al puente; el río atraviesa las dos únicas calles que llegan al hostal. Augusto salió corriendo hacia el río como un loco, y antes de que pudiera agarrar a la pequeña Natalita, se fue corriendo detrás de él, esos dos son inseparables. Me detengo y me río, empiezo a ver cómo los demás bregan la situación: se detienen, miran, cruzan, algunos niños juegan a meterse a la corriente con los pies y volver muertos de la risa a sus papás, sigo mirando, poco a poco todos cruzan, me sigo quedando, sigue oscureciendo. Me digo a mi misma "perfecto, que bueno que no esperaste el atardecer, porque no conoces la lluvia ni el 'monsoon' un carajo". Sigo observando y acercándome al río, ni pa'l carajo voy a cruzar mano, la corriente no era super fuerte, pero habia corriente, y casi no se veía el puente. Alcanzo finalmente a ver a donde corrieron Augusto y la pequeña Natalita, “era mi turno de cruzar” y estaba justo donde empezaba el agua, ...
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    8 minutos
  • 029 - La Nueva Vida Diaria
    Jan 20 2020

    Te saluda Natalita, y por ahí anda mi duende Augusto, que no se si lo oyes todo emocionado. Él es el más fiel compañero que existe, ¿y sabes qué? ¡A ti también te acompaña uno, aunque todavía no lo conozcas! Soy una niña eterna que ayuda a otros a recordar La Gran Ciencia del Balance, contando historias de nuestras aventuras por La Princesa. Junto con Augusto, y muchos otros guías, imparto sesiones de sanación cuántica a todos esos niños eternos que están dispuestos a sanar, reprogramando sus creencias, pero de todo eso te cuento en las notas del programa. Mientras tanto, te dejo con una de las versiones de mi misma, que cuentan historias de colores, según quien decida contar la historia del día.

    Bitácora de aventuras, edición la nueva vida diaria:

    Te cuento una mini historia, para que sientas un poquito cómo se vive la vida en el barrio, y en el Balconcito de la Felicidad.

    Mezclar especias, colar té y limpiar las manos con la ropa, servir de posada para abejas, correr por la casa quitando la ropa para sacar las abejas y llevarlas al balcón, notar el nacimiento de una semilla dada por muerta. Pequeñas victorias diarias, las abejas subieron...

    12 de diciembre de 2017

    Dentro de dos semanas te cuento otra historia, mientras tanto, puedes conectar conmigo la próxima semana en Sanando con tu Duende, un espacio para la sanación cuántica. Un podcast en el que te cuento lo que me enseña mi duende Augusto a través de nuestras sesiones de sanación. Si me quieres ver antes, te espero el miércoles a las 12 PM hora de Puerto Rico, a través de nuestro canal de YouTube y en Instagram, en una sesión en vivo en la que podrás hacerle tus preguntas a Augusto, y de paso ir aprendiendo a conectar con tu duende. Sí, tienes un duende. Te recuerdo que junto con Augusto, y muchos otros guías, imparto sesiones de sanación cuántica a todos esos niños eternos que están dispuestos a sanar, reprogramando sus creencias. En las notas del programa te dejo todos los enlaces, para que puedas reservar tu sesión, y visitarnos en nuestros otros espacios.

    https://linktr.ee/natalita_

    Nos veremos otro dia que no sea hoy. ¡A dormir!

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    3 minutos
  • 030 - La preparación para el futuro que vendrá
    Jan 20 2020

    Te saluda Natalita, y por ahí anda mi duende Augusto, que no se si lo oyes todo emocionado. Él es el más fiel compañero que existe, ¿y sabes qué? ¡A ti también te acompaña uno, aunque todavía no lo conozcas! Soy una niña eterna que ayuda a otros a recordar La Gran Ciencia del Balance, contando historias de nuestras aventuras por La Princesa. Junto con Augusto, y muchos otros guías, imparto sesiones de sanación cuántica a todos esos niños eternos que están dispuestos a sanar, reprogramando sus creencias, pero de todo eso te cuento en las notas del programa. Mientras tanto, te dejo con una de las versiones de mi misma, que cuentan historias de colores, según quien decida contar la historia del día.

    Bitácora de aventuras, edición la preparación para el futuro que vendrá:

    Te cuento otra mini historia, para que entres a mi linda casita, como un pajarito.

    Dos reinitas en puro "jangueo" entre las vigas de la sala; yo acá señalando los mejores "spots" para nidos; sus caras de confusión, que risa...

    2 de febrero de 2017

    Dentro de dos semanas te cuento otra historia, mientras tanto, puedes conectar conmigo la próxima semana en Sanando con tu Duende, un espacio para la sanación cuántica. Un podcast en el que te cuento lo que me enseña mi duende Augusto a través de nuestras sesiones de sanación. Si me quieres ver antes, te espero el miércoles a las 12 PM hora de Puerto Rico, a través de nuestro canal de YouTube y en Instagram, en una sesión en vivo en la que podrás hacerle tus preguntas a Augusto, y de paso ir aprendiendo a conectar con tu duende. Sí, tienes un duende. Te recuerdo que junto con Augusto, y muchos otros guías, imparto sesiones de sanación cuántica a todos esos niños eternos que están dispuestos a sanar, reprogramando sus creencias. En las notas del programa te dejo todos los enlaces, para que puedas reservar tu sesión, y visitarnos en nuestros otros espacios.

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  • 031 - Guaridas de payasos
    Jan 20 2020

    Te saluda Natalita, y por ahí anda mi duende Augusto, que no se si lo oyes todo emocionado. Él es el más fiel compañero que existe, ¿y sabes qué? ¡A ti también te acompaña uno, aunque todavía no lo conozcas! Soy una niña eterna que ayuda a otros a recordar La Gran Ciencia del Balance, contando historias de nuestras aventuras por La Princesa. Junto con Augusto, y muchos otros guías, imparto sesiones de sanación cuántica a todos esos niños eternos que están dispuestos a sanar, reprogramando sus creencias, pero de todo eso te cuento en las notas del programa. Mientras tanto, te dejo con una de las versiones de mi misma, que cuentan historias de colores, según quien decida contar la historia del día.

    Bitácora de aventuras, edición Guaridas de payasos:

    Los últimos años han estado intensos con La Familia Real, en el proceso, me he refugiado en el Balconcito de la Felicidad, y en mis amigos del balcón, que en ese momento, eran 5 plantitas de tomate cargaditas. Desde el balcón puedo ver el Capitolio, es agridulce la sensación, tan cerca pero tan lejos, pero Sol, la hermosa flor del desierto que me acompaña, me ayuda a enfocarme en lo verdaderamente importante: La Princesa.

    El privilegio de despertar a diario con este corillo y sus amigos. La hermosa Sol filtrando una guarida de payasos, revoluciones de manitas sucias. Cosas lindas encaminadas, los sueños se cumplen sí.

    11 de abril de 2019

    Dentro de dos semanas te cuento otra historia, mientras tanto, puedes conectar conmigo la próxima semana en Sanando con tu Duende, un espacio para la sanación cuántica. Un podcast en el que te cuento lo que me enseña mi duende Augusto a través de nuestras sesiones de sanación. Si me quieres ver antes, te espero el miércoles a las 12 PM hora de Puerto Rico, a través de nuestro canal de YouTube y en Instagram, en una sesión en vivo en la que podrás hacerle tus preguntas a Augusto, y de paso ir aprendiendo a conectar con tu duende. Sí, tienes un duende. Te recuerdo que junto con Augusto, y muchos otros guías, imparto sesiones de sanación cuántica a todos esos niños eternos que están dispuestos a sanar, reprogramando sus creencias. En las notas del programa te dejo todos los enlaces, para que puedas reservar tu sesión, y visitarnos en nuestros otros espacios.

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  • 032 - Vete Sola
    Jan 21 2020

    Te saluda Natalita, y por ahí anda mi duende Augusto, que no se si lo oyes todo emocionado. Él es el más fiel compañero que existe, ¿y sabes qué? ¡A ti también te acompaña uno, aunque todavía no lo conozcas! Soy una niña eterna que ayuda a otros a recordar La Gran Ciencia del Balance, contando historias de nuestras aventuras por La Princesa. Junto con Augusto, y muchos otros guías, imparto sesiones de sanación cuántica a todos esos niños eternos que están dispuestos a sanar, reprogramando sus creencias, pero de todo eso te cuento en las notas del programa. Mientras tanto, te dejo con una de las versiones de mi misma, que cuentan historias de colores, según quien decida contar la historia del día.

    Bitácora de aventuras, edición vete sola:

    Los primeros 31 años de mi vida los viví básicamente en soltería, excluyendo unos 3 años de mi vida en los que tuve una compañía casi imaginaria, pero esa es una historia digna de su propia bitácora.

    Gracias a esa soltería, y a la soledad que la acompaña (y que siempre he disfrutado), he tenido las mejores aventuras y he conocido a los mejores compañeros de aventuras. Un día, paseando por las redes, me tropecé con una caricatura que decía:

    "Si tus planes no le gustan a nadie, vete sola. Ya encontraras gente en el camino."

    Solo pude sonreír, y sentarme a tomar un café imaginario con quien lo escribió y dibujó, diciéndole: Cada vez, sin fallar.

    26 de marzo de 2016

    Dentro de dos semanas te cuento otra historia, mientras tanto, puedes conectar conmigo la próxima semana en Sanando con tu Duende, un espacio para la sanación cuántica. Un podcast en el que te cuento lo que me enseña mi duende Augusto a través de nuestras sesiones de sanación. Si me quieres ver antes, te espero el miércoles a las 12 PM hora de Puerto Rico, a través de nuestro canal de YouTube y en Instagram, en una sesión en vivo en la que podrás hacerle tus preguntas a Augusto, y de paso ir aprendiendo a conectar con tu duende. Sí, tienes un duende. Te recuerdo que junto con Augusto, y muchos otros guías, imparto sesiones de sanación cuántica a todos esos niños eternos que están dispuestos a sanar, reprogramando sus creencias. En las notas del programa te dejo todos los enlaces, para que puedas reservar tu sesión, y visitarnos en nuestros otros espacios.

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  • 033 - Matar al Cuco
    Jan 21 2020

    Te saluda Natalita, y por ahí anda mi duende Augusto, que no se si lo oyes todo emocionado. Él es el más fiel compañero que existe, ¿y sabes qué? ¡A ti también te acompaña uno, aunque todavía no lo conozcas! Soy una niña eterna que ayuda a otros a recordar La Gran Ciencia del Balance, contando historias de nuestras aventuras por La Princesa. Junto con Augusto, y muchos otros guías, imparto sesiones de sanación cuántica a todos esos niños eternos que están dispuestos a sanar, reprogramando sus creencias, pero de todo eso te cuento en las notas del programa. Mientras tanto, te dejo con una de las versiones de mi misma, que cuentan historias de colores, según quien decida contar la historia del día.

    Bitácora de aventuras, edición matar al cuco:

    Cuando niñas, mis papás nos llevaban a todos los conciertos habidos y por haber de un grupo puertorriqueño llamado "Haciendo punto en otro son". Me encantaban, los instrumentos, las melodías, las voces, estar con mis padres, todo. En ese momento no entendía gran cosa sus letras, me distraía mucho la melodía, pero por alguna razón, había una canción que me hacía llorar, quizás porque comparaban una boda con un entierro.

    Continuando con el tema de la soltería, uno de mis pasatiempos para acompañar la soledad era irme al Balconcito de la Felicidad a cantarle a las matitas. Un día, me salió en YouTube una canción llamada "Mujer de 26 años", del grupo Haciendo punto en otro son, al que tanto fui a escuchar cuando niña, y me transporte a uno de esos conciertos, de la mano de mis padres. Mientras la escuchaba, a mis casi 31 años, lloraba como una Magdalena pensando:

    "De niña solía llorar de miedo con esta canción; hoy me río con ella, orgullosa de haber matado al cuco. seguimos en progreso y desconexión. ¡Arriba vivir sabiéndolo, y saber cocinar por si acaso!"

    Quizás esa canción influyó en mi mucho más de lo que pensaba hasta ese día, y quizás mi huida al matrimonio venía de ese miedo de darle vida a la canción. Unos meses después conocí a Miguelo, y terminó la soltería pero, al contrario de lo que pensé, ha sido una aventura muy diferente a la canción. Quizás, ese día maté al cuco del compromiso por miedo a vivir sin saber que estaba viviendo.

    10 de enero de 2016

    Te regalo la canción

    https://www.youtube.com/watch?v=VK2e89RtZXk

    Dentro de dos semanas te cuento otra historia, mientras tanto, puedes conectar conmigo la próxima semana en Sanando con tu Duende, un espacio para la sanación cuántica. Un podcast en el que te cuento lo que me enseña mi duende Augusto a través de nuestras sesiones de sanación. Si me quieres ver antes, te espero el miércoles a las 12 PM hora de Puerto Rico, a través de nuestro canal de YouTube y en Instagram, en una sesión en vivo en la que podrás hacerle tus preguntas a Augusto, y de paso ir aprendiendo a conectar con tu duende. Sí, tienes un duende. Te recuerdo que junto con Augusto, y muchos otros guías, imparto sesiones de sanación cuántica a todos esos niños eternos que están dispuestos a sanar, reprogramando sus creencias. En las notas del programa te dejo todos los enlaces, para que puedas reservar tu sesión, y visitarnos en nuestros otros espacios.

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  • 034 - Un Cacerolazo
    Jan 22 2020

    Te saluda Natalita, y por ahí anda mi duende Augusto, que no se si lo oyes todo emocionado. Él es el más fiel compañero que existe, ¿y sabes qué? ¡A ti también te acompaña uno, aunque todavía no lo conozcas! Soy una niña eterna que ayuda a otros a recordar La Gran Ciencia del Balance, contando historias de nuestras aventuras por La Princesa. Junto con Augusto, y muchos otros guías, imparto sesiones de sanación cuántica a todos esos niños eternos que están dispuestos a sanar, reprogramando sus creencias, pero de todo eso te cuento en las notas del programa. Mientras tanto, te dejo con una de las versiones de mi misma, que cuentan historias de colores, según quien decida contar la historia del día.

    Bitácora de Aventuras, edición un cacerolazo:

    En los últimos dos años la familia Real ha estado fuera de control, bromas a diario, bromas crueles a diario. En realidad eso es una mentira, siempre han estado fuera de control, simplemente en esta ocasión algo cambió en los que reciben las bromas. Durante muchos años todos reían, pero desde el verano pasado, ya casi nadie cae, y no solo casi nadie cae, si no que con cada nueva broma cruel que hacen, se unen miles al Escuadrón de la Recordación.

    Hoy no vengo a contarte una historia, hoy te regalare unos minutos de la historia, para que seas parte de ella, y para que bailes un poquito con una protesta en el estilo particular de este rincón de La Princesa llamado Puerto Rico… ¡busca tu cacerola y haz el coro!

    21 de enero de 2020

    Dentro de dos semanas te cuento otra historia, mientras tanto, puedes conectar conmigo la próxima semana en Sanando con tu Duende, un espacio para la sanación cuántica. Un podcast en el que te cuento lo que me enseña mi duende Augusto a través de nuestras sesiones de sanación. Si me quieres ver antes, te espero el miércoles a las 12 PM hora de Puerto Rico, a través de nuestro canal de YouTube y en Instagram, en una sesión en vivo en la que podrás hacerle tus preguntas a Augusto, y de paso ir aprendiendo a conectar con tu duende. Sí, tienes un duende. Te recuerdo que junto con Augusto, y muchos otros guías, imparto sesiones de sanación cuántica a todos esos niños eternos que están dispuestos a sanar, reprogramando sus creencias. En las notas del programa te dejo todos los enlaces, para que puedas reservar tu sesión, y visitarnos en nuestros otros espacios.

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