Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda Podcast Por Juan David Betancur Fernandez capa

Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda

Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda

De: Juan David Betancur Fernandez
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Este podcast está dedicado a los cuentos, mitos y leyendas del mundo.© 2025 Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda Ciências Sociais Literatura e Ficção Mundo
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  • 662. Tololo Pampa (Chile)
    May 21 2025

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    Juan David Betancur Fernandez
    elnarradororal@gmail.com

    Habia una vez un camionero llamado elias que conducia por la ruta 5 de chile Era una noche sin luna cuando Elías Llevaba horas sin ver un alma, y el cansancio comenzaba a nublarle la vista. La ruta 5 es posiblemente la más importante de chile ya que atrevieza todo chile a lo largo. Son 3400 kilometros cruzando desde el sur de chile hasta las frontera con peru y Bolivia. Elias era un camionero ya curtido y había recorrido muchas veces esta ruta pero este día estaba especialmente cansado.

    De pronto, una bruma espesa descendió del cielo, cubriendo el camino. Al atravesarla, Elías vio algo imposible: una ciudad resplandeciente en medio del desierto. Pese a haber recorrido muchas veces esta ruta no recordaba esta ciudad y estaba absolutamente seguro de que seguía la ruta 5 como marcaban todas las señales de la carretera. Sin embargo esta ciudad estaba allí.

    Las calles estaban empedradas con piedras que brillaban como estrellas. Las casas, de arquitectura antigua, parecían sacadas de un cuento. Había música en el aire, risas, aromas de pan recién horneado y flores que no deberían crecer en ese lugar. Un cartel de hierro forjado colgaba sobre la entrada: "Bienvenido a Tololo Pampa".

    Elías, incrédulo, fue recibido por una mujer de ojos dorados y voz suave. “Has llegado en el momento justo”, le dijo. “Hoy celebramos el Festival de la Niebla”. Lo llevaron a una plaza donde danzaban figuras vestidas con trajes de siglos pasados. Comió, bebió, y rió como no lo hacía desde joven. Una joven de piel luminosa, que se presentó como Tololo, lo tomó de la mano y le mostró la ciudad. “Este lugar vive entre los sueños y el olvido”, le susurró. “Solo aparece cuando el mundo lo necesita”.

    Después de danzar y comer como nunca lo había hecho la mujer de nuevo lo tomo por la mano y lo llevo a una posada bien organizada y confortable y con olor a madera perfumada.

    Pero al despertar, Elias no entendía que había pasado. No se encontraba en ninguna posada y solo estaba en el desierto rodeado de soledad. todo había desaparecido. No había ciudad, ni calles, ni música. Solo el desierto, inmenso y silencioso. A su lado, sobre la arena, descansaba una pequeña caja de madera tallada con símbolos extraños. Dentro, una piedra que brillaba con la misma luz que las calles de la ciudad. Y a lo lejos ve caminado un gigantesco minero que se aleja de allí acompañado de aquella bella joven que lo había recibido la noche anterior.

    Extranado Elias continuo su viaje hasta la ciudad de Copiapo que se encontraba a menos de 50 kilometros de allí y al entrar se dirigió a un bar. Allí comento su experiencia del día anterior y todos en el bar lo tildaron de loco. Pero un señor de mucha edad se acercó a el y le dijo.

    Hijo mio has estado en Tololo Pampa. Ese pueblo existio hace muchos anos y desaparecio con todos sus habitantes en un aluvión de la montana .Mi abuelo me contó sobre ella y te puedo asegurar que solo se aparece a los viajeros de vez en cuando. El minero que viste se llama pata larga y es el guardián de la princesa Tololo pampa que da origen al nombre del pueblo fantasma. La leyenda dice que si alguien ve a Patalarga tendrá buena fortuna por el resto de la vida.

    Dicen que Tololo Pampa volverá a aparecer. Por ahora Muchos viajeros, mineros y habitantes del norte de Chile aseguran haber vivido esta experiencia. Algunos lo ven como un mito, otros como una advertencia, y unos pocos como una bendición. Lo cierto es que la leyenda sigue viva, transmitida de generación en generación, alimentando el misterio de un pueblo que aparece solo cuando el destino lo permite.

    En cuanto a Elias

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  • 661. El pajaro imposible (Mongolia)
    May 19 2025

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    Juan David Betancur Fernandez
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    Había una vez en Mongolia rey llamado Yerteger que se encontraba furiosos porque pese a que quería un pájaro ninguno de sus guardias y servidores había podido traer al palacio dicho pájaro maravilloso y a todos los que regresaban con las manos vacias los mandaba a asotar.


    Lo más sorprendente del pájaro era que no se ocultaba ni huía. Todos sabían exactamente dónde se encontraba. El camino para llegar a él no era sencillo, pero tampoco imposible. Consistía en ascender hasta la cima de una alta montaña. Allí, posado en la rama de un majestuoso pino, el pájaro cantaba y gorjeaba alegremente. Además, tenía la capacidad de hablar. No era la rapidez de sus alas lo que hacía tan difícil atraparlo, sino su extraordinaria inteligencia. Tantos habían intentado capturarlo que habían terminado por abrir un sendero en la vegetación de la montaña.

    El rey era joven y valiente.

    -No volveré a enviar a nadie -dijo a sus cortesanos. Estoy harto de escuchar excusas. Esta vez iré yo mismo a buscar ese famoso pájaro.

    Montando uno de sus mejores caballos, especialmente entrenado para trepar por los senderos montañosos, el rey llegó sin dificultad hasta el majestuoso pino milenario. El pájaro imposible no hizo el menor intento de escapar. Al contrario, se posó voluntariamente sobre el hombro de Su Majestad, quien se llenó de alegría al ver que lo había conseguido con tanta facilidad.

    -Muy respetado rey -dijo entonces el pájaro. Me has atrapado fácilmente. Y podrás llevarme a tu palacio sin dificultad, con tal de que cumplas una condición. Por el camino no debes hablar, ni suspirar, ni lanzar exclamaciones.

    l rey le pareció que cumplir con esa condición sería muy sencillo. Así que ambos comenzaron el descenso de la montaña. Durante el trayecto, el pájaro imposible empezó a narrar un cuento:

    Cuentan los que saben que en un país distante vivía un cazador junto a su madre y su fiel perro. Un día, mientras cazaba con su perro, se encontró con una carreta varada en el camino debido a un eje roto. Su dueño estaba muy preocupado, ya que el vehículo estaba cargado de joyas y monedas de oro y plata. No podía alejarse en busca de ayuda porque temía que alguien le robara sus valiosas pertenencias.

    —Usted parece una persona honesta —le dijo el dueño de la carreta al cazador—. Por favor, quédese aquí cuidando mi carreta mientras voy a la aldea a buscar a alguien que me ayude a repararla.

    El cazador aceptó y se quedó esperando junto a su perro. Sin embargo, las horas pasaban y empezaba a anochecer, pero el dueño de la carreta no regresaba. La madre del cazador era mayor y estaba enferma, por lo que el cazador tenía que volver para prepararle la comida.

    —Quédate aquí. No dejes que nadie se lleve ni una sola moneda —le dijo al perro—. ¡Y no te muevas hasta que yo vuelva!

    El perro, fiel y excelente guardián, cuidó de que el buey que arrastraba la carreta no se moviera del lugar y estuvo dando vueltas alrededor del vehículo durante horas, sin permitir que nadie se acercara.

    Mientras tanto, el dueño de la carreta, después de recorrer varias aldeas, finalmente encontró a alguien capaz de repararla. Cuando regresó, ya era de noche. Al ver al buen perro, se dio cuenta de que era un animal único. Muy agradecido, le puso unas cuantas monedas de plata en la boca para que se las llevara al cazador.

    El perro volvió alegremente a su casa y dejó las monedas a los pies de su amo. Pero el cazador se enfureció.

    —¡Te dije que cuidaras la carreta! ¡Y en lugar de eso, tú mismo has robado estas monedas! ¡Ahora verás!

    Tomando un palo, le dio al pobre animal una tremenda paliza

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  • 660. La prudencia
    May 17 2025

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    Juan David Betancur Fernandez
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    Había una ve en la antigua Persia un sha, conocido por su curiosidad y deseo de rodearse de sabiduría pero igualmente por su impulsividad y su capacidad de crear dolor y sufrimiento a aquellos que le aconsejaban., Este rey se entero que el sabio Nasrudín estaba viajando por el país. Nasrudín era famoso por sus enseñanzas y su capacidad para transmitir profundas verdades de manera sencilla y a menudo humorística. Siendo el sha un hombre culto Decidio que era importante tenerlo en su corte, por lo que dio la orden a sus exploradores para que lo localizaran y lo trajeran al palacio a la menor brevedad.

    Los exploradores obedientes salieron del palacio y empezaron a recorrer el pais. Durante varios meses fueron de pueblo en pueblo y de región en región , buscando al santo en mercados, parques y caminos. Finalmente, encontraron a Nasrudín sentado plácidamente en un pequeño parque durmiendo a la sombra de una fuente de agua. Cumpliendo lo ordenado tomaron al sabio y lo llevaron al esplendor del palacio del sha. Nasrudín fue alojado en habitaciones lujosas, con todas las comodidades que el palacio podía ofrecer, su habitación era mucho más grande que cualquiera de las posadas donde hubiera estado en toda su vida.

    Cuando El sha fue informado de que el Sabio estaba ya en palacio y , ansioso por escuchar las palabras del sabio santo no podía aguantar más la espera y finalmente , visitó las habitaciones de Nasrudín. Al entrar vio al sabio sentado en su cama y Con gran reverencia y curiosidad se acercoa el y le preguntó:

    —Dime, oh santo venerado, ¿Tu que has orado y pedido con gran humildad a nuestro dios qué palabras has escuchado de labios de Alá?

    Nasrudín, con una sonrisa enigmática y una mirada tranquila, respondió:

    —Mucho he escuchado en mi vida directamente de Ala y todas y cada una de sus palabras las tengo grebadas en mi alma pero se también que Solo las últimas serán de interés para vos, alteza. Alá acaba de susurrarme algo al oído.

    El sha, intrigado y deseoso de conocer la revelación, preguntó con urgencia:

    —¿Qué te ha dicho nuestro Dios?

    Nasrudín, manteniendo su serenidad, contestó:

    —Acaba de decirme que la prudencia y la sabiduría en el h abla son esenciales para alcazar la paz y la felicidad. Por lo tanto me aconsejo que tenga cuidado con lo que te digo, para poder quedarme en el Paraíso que Él ha encontrado hoy para mí.

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